136 (3 de junio de 2008)
Hoy me encuentro positivo, hace un esplendido día, con una ligera brisa playera que apetece pasearla, un bonito olor a primavera, y quizás sea mi cumpleaños, aunque creo que fue hace unos meses, pero podría haber sido hoy.
El caso es que llevamos conociéndonos desde hace ya casi 6 meses, y mas de 130 entradas en el blog relativas al urbanismo malagueño, algunas mas forzadas que otras, pero me sorprende haber llegado a esa cantidad, ya que nunca pensé que este tema diese para tanto, y hoy repasándolas me doy cuenta que falta lo que tantas veces he criticado, y no es otra cosa que las propuestas en positivo, ya que es demasiado fácil criticar sin exponer nada a cambio, y quizás sea el momento de lanzar alguna idea (a sabiendas que no es el sitio adecuado) para tratar de mejorar la oscura perspectiva en la que estamos.
Se me ocurre una brillante idea (que me dice mi amigo Blues, que quizás no sea mía) que es la de utilizar un decálogo, y así con esta torpe herramienta creo que el urbanismo de esta tierra mejoraría con la aplicación de los siguientes principios.
POTA: Lo mantendría, ya que pienso que es un buen documento con los siguientes ajustes en el articulo 45: Eliminación del porcentaje máximo de crecimiento (en población por supuesto y superficie), este crecimiento que ha de tasarse en el plan general, o en su caso en los respectivos planes de ordenación supramunicipales, y ha de estar justificado en base a una realidad social, histórica,… y por supuesto basado en las posibilidad cierta de dotar de infraestructuras al mismo.
La ciudad debe de crecer en continuidad, pero caben excepciones que tendrán que estudiarse en un marco superior.
La vivienda protegida es necesaria y hay que reservar suelo para ella, no es insensato que sea el 30% del total que se prevea construir en el municipio, pero flexibilizando su ubicación, impidiendo la creación de guetos y asegurando su construcción en las primeras etapas del plan general.
Hay que impedir la construcción indiscriminada de viviendas en el suelo no urbanizable, ya que este es un bien finito, propiedad de la colectividad (no solo del propietario registral del mismo), y conlleva un gasto enorme llevar las infraestructuras necesarias a cada vivienda que pagamos entre todos, pero podrían reservarse pequeñas zonas para ubicar un tipo de vivienda mas acorde con la tipología “campo”, que deberían de ir acompañadas de unas necesidades de urbanización también acordes con la palabra “campo”, me refiero a viales no asfaltados, obligación de reforestar un porcentaje importante de la parcela (70%), y una tipología acorde con el medio,…, y por supuesto deben de pagar lo que cuestan (sospecho que los impuestos tipo IBI para estas viviendas deben de subir espectacularmente).
Si a los campos de golf, pero por supuesto regados con agua en terciario y conectados con la estructura orgánica del plan general, y siempre en suelo no urbanizable, en el caso de tener cerca viviendas ellas responderán a los criterios anteriores, y el campo de golf no generará edificabilidad alguna, (esta en SNU). Hay que estudiar un decreto de medidas técnicas que regulen distancias mínimas a edificaciones, tipos de césped (de poco consumo hídrico), riegos, balsas,…