NIVELES

080 (10 de marzo de 2008)


Hay tres niveles de discusión en función de la intensidad que se pretende alcanzar y de la grandeza de espíritu de los contertulios, a saber: el primero discute sobre las personas, y aquí se enclavarían los distintos chismorreos en función solo del nombre de cada uno; el segundo los acontecimientos, aquí entrarían las conductas de la gente y por ultimo las ideas, que es el nivel mas profundo y adecuado, y que se me ocurre es el que nos merecemos todos nosotros por parte de nuestros dirigentes, al menos cuando se discute acerca de las normas que debemos de seguir en función de conseguir un mundo mejor (que bonito me ha quedado).

A partir de estas premisas considero no solo inteligente sino profundamente necesario que analicemos (discutamos) las ultimas “novedades” legislativas solo desde el tercer escalón, el de las ideas, dejando aparcado no solo la imagen de nuestros gobernantes (que la verdad es mas bien normalita, cejas, calvas y barbas aparte), sino que también debemos dejar a un lado lo que aparentemente hacen o dicen (… que nos olvidemos de la prensa canallesca y de los telediarios), para concentrarnos únicamente en la idea matriz que debe de generar las distintas leyes y normativa.

Estas suelen estar como me decía un buen amigo mío jurista (que uno tiene amigos en todos lados) en la exposición de motivos de las mismas, teniendo presente que para llevar a cabo una política concreta no debe de diferir una de otra, esto quiere decir que los parámetros (ideas) que generan una disposición (ley, normativa, decreto, …) concreta no deben de ser contradictorios con otra (aunque los temas sean distintos, debe de existir una correlación y ajuste entre estos impulsos para que un gobierno triunfe, que es la única manera que los gobernados ganen, es decir nosotros ganemos).

No se trata ni mas ni menos en que todos tiremos en la misma dirección aunque las cuerdas sean de distintos colores y materiales.

Pues bien cuando uno analiza nuestro Plan de Ordenación del Territorio Andaluz (POTA) y trata de buscar esas ideas generadoras para el buen orden de nuestro territorio, estas son:

1. Apuesta decidida por la ciudad compacta.
2. Necesidad (por fin) reglada de la construcción de vivienda protegida.
3. Análisis de la totalidad del suelo con objeto de señalar suelos que merezcan una protección ambiental (o territorial).
4. Es la diversidad de usos la que crea ciudad, por lo que se tiende a la no especialización de los mismos.

Ahora nos encontramos un decreto (43/2008) que regula las condiciones de implantación de los campos de golf, en el que su idea generadora es contraria al POTA al posibilitar (alentar) la creación de núcleos de población donde hoy hay nada, vamos que ya hay un burro que tira para el otro lado.

Nos toca pues discutir sobre las ideas de ambos, y por lo tanto me permito opinar ya que observo una contradicción entre ellos con lo que a priori se me ocurre que el gobierno no tiene las IDEAS muy claras. Pienso que crecer en continuidad y apostar por la ciudad compacta en términos generales no es malo (esto no quiere decir ni que sea bueno ni que sea deseable), bastaría con que el POTA no lo hubiese impuesto (como así ha hecho) para que ahora no sonasen las alarmas de la incongruencia, y si es posible crear un núcleo de población alrededor de un golf, porque no uno alrededor de un equipamiento hospitalario, o geriátrico, o puerto deportivo, o … vete tu a saber, o es que solo los campos de golf se merecen el indulto, creo que empezamos a merecernos por la incongruencia (falta de ideas) de quien lo ha redactado que vayamos pensando en modificar el POTA (incluso de nombre que suena muy mal)

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