069 (21 de febrero de 2008)
Esto no marcha bien, y nos tenemos que replantear el quehacer de los documentos de urbanismo y ordenación del territorio, ya que no parece muy sensato la respuesta ciudadana que a los mismos se le esta dando últimamente.
- Plan General de Ordenación Urbanística de Marbella: 9.000 alegaciones
- Plan General de Ordenación Urbanística de Málaga: 5.500 alegaciones
- Plan de la Aglomeración Urbana de Málaga: Solo 9.000 provienen de Alhaurín de la Torre según dice “La Opinión de Málaga” el día 19 de febrero, y 1.700 de Cartama (diario “Sur”, 20 de febrero).
- Contra el Plan de Ordenación de la Aglomeración Urbana de Málaga alegan todos los Ayuntamientos que forman parte del mismo.
- Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía: rechazo casi unánime al articulo 45 que expone como se ha de crecer (piedra de toque por lo tanto del documento)
- … y así uno tras otro
¿Que esta sucediendo, para que la contestación ciudadana sea tan fuerte?, y todo esto en un tema realmente poco popular, ya que la gente normalmente no hablan de urbanismo en sus charlas habituales de cafetería, con lo que no cabe entender que sea su primer problema, ni tan siquiera sale en los primeros puestos en las encuestas que exponen las preocupaciones de la gente corriente (paro, terrorismo, vivienda, –no urbanismo-, …).
¿No es insólito que la propia administración alegue contra estos documentos?, (Lo del Ayuntamiento de Marbella alegando contra su propio documento es a todas luces al menos curioso).
O son malos de solemnidad estos documentos al tener tanto rechazo social, o no los ha sabido explicar (peor todavía) la propia administración, que no transmite los principios básicos de estos documentos o no tienen solidez o base cierta. Falta educación sobre el tema y al parecer la sociedad lo esta demandando, porque es la única explicación que en buena fe se me ocurre ante tamaño dislate.
No son buenos los documentos pactados porque suelen ser grises y sin ninguna idea que los genere, pero tampoco son buenos los documentos que a priori tienen tanta contestación ciudadana, y en este extremo le hecho la culpa al propio documento que no ha sabido llegar a la sociedad.
Y ahora ¿Que hacemos con las alegaciones?, porque si se hacen caso resulta un nuevo documento que casi seguro va a necesitar una nueva información publica y si no se hace caso va a tener problemas en su gestión, porque nadie lo quiere, ¿todo esto no podía haberse resuelto con un poco mas de dialogo (no quiero decir bajada de pantalones), para que esto hubiese estado mas cocinado?

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