018 (30 de noviembre de 2007)
No será verdad que en su día (alrededor de 1999) el Ayuntamiento de Marbella ante los informes desfavorables de la Junta de Andalucía a su Plan General en redacción y que posteriormente denegó, iba un coche hasta un estudio de arquitectura pequeñito de Jerez, para que allí por consejo de altos jerarcas de la propia Junta le redactasen un documento con objeto de conseguir el tan ansiado informe favorable (que nunca se consiguió) y poder aprobar el famoso PG-GIL, y que se pagó por el documento que se redacto alrededor de 50.000.000 de las antiguas pesetas.
Al menos dos arquitectos que trabajaban para el Ayuntamiento acompañaban a Jose Antonio Roca en esos viajes (fueron bastantes), y que lo único que sacaron en claro fueron unos esplendidos helados que se tomaban en el bar de abajo.
De lo anterior no tengo pruebas, pero si existe ese documento (en formato entre DIN A3 y DIN A4, y encuadernado en espiral), en los archivos de la delegación Provincial de Obras Públicas, que tenia como objetivo entre otros el de justificar medioambientalmente dicho plan ante la insistencia del Delegado Trillo.
Seria un buen ejercicio comparar ese documento con el ahora redactado por Fustegueras y con la aprobación inicial por parte del Ayuntamiento y el beneplácito de Sevilla
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