026 (13 de diciembre de 2007)
Desde hace tiempo noto la necesidad que tiene la sociedad de una conciencia colectiva, y más en temas aparentemente tan serios y profundos como es el urbanismo y la ordenación del territorio, y he sabido agradecer con mi admiración y aplauso al colectivo “verde”, que se había convertido en nuestro “Pepito Grillo”, haciéndonos de vez en cuando reflexionar acerca de los mas variopintos desmanes que no acertábamos a mesurar, o bien no les dábamos la importancia que los mismos hemos descubierto con el paso del tiempo lamentablemente tenían, y como tal de nuevo y desde aquí mi mas profundo agradecimiento y mi admiración por la labor que de una manera muchas veces ingrata desarrollan.
Pero ese agradecimiento no ha de transformarse en herramienta política de algún partido, con fines torticeros y difíciles de descubrir; es curioso que ese agradecimiento que tenemos (creo que una amplia mayoría) a los distintos colectivos ecologistas, no se transforma en votos cuando los mismos se postulan y se prostituyen en movimientos políticos presentándose a las distintas elecciones, con lo que pienso en la inteligencia de la colectividad que sabe discernir entre conciencia y hechos (la siempre dualidad poesía-prosa tan necesaria).
Y todo esto a cuenta de la noticia con que ayer me desayune en el que leo que los Ecologistas en Acción denuncian al Ayuntamiento de Marbella por no revisar 1.000 licencias urbanísticas, y con esto no quiero decir que no estén en su derecho o que la Ley no ampare esta denuncia, lo que pongo en evidencia es el fuerte tufo político-electoral que esta medida tiene, ya que esta denuncia también la podían haber puesto cuando estaban ellos en la Gestora gobernando y uno de ellos (Javier de Luis), era la mano derecha del entonces responsable en urbanismo (Rafael Duarte) ahora concejal de urbanismo en Estepona, y no lo hizo, y es precisamente ahora, cuando se están analizando las alegaciones del Plan General y en puertas de unas elecciones cuando presentan la denuncia en fiscalia, … no me parece adecuado, ni elegante, y desprende un fuerte hedor a política.
Alguna vez he llegado a oír de mi Pepito Grillo particular que el chocolate era bueno, y que una copita no tiene importancia, y cuando me he dado cuenta había engordado 15 kilos y tenia una tajada que no me reconocía ni mi perro, creo que voy a poner a mi Pepito Grillo un tiempo en cuarentena que últimamente esta algo desafortunado, sobre todo ahora que vienen las fiestas.
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