UNIVERSIDAD

077 (5 de marzo de 2008)


Curiosamente donde realmente se aprende no es en los libros, ni en la Universidad, sino que el mayor aprendizaje se hace con la practica, es decir paseando, con lo que va a ser verdad lo que ya por los antiguos años 60 exponía en un bonito libro Jack Kerouack, “En el camino” (creo que se llamaba), donde relataba la experiencia de unos jóvenes que atravesaban América, y que solo al final se daban cuenta que la meta no estaba en llegar a la costa oeste, sino en recorrer el camino.

Al margen de la poesía del libro, y concretando este aprendizaje en un lenguaje algo mas cercano, cabria decir que aquí donde realmente se aprende es el trayecto que separa un bar de otro, para luego en el bar hablar de lo visto, y ocurrido, y por lo tanto sentar cátedra de la vida misma.

Y en este trance es donde habitualmente estoy algunas tardes (no de ocio como a primera vista puede parecer, sino estudiando como ya he explicado en los anteriores párrafos, que para eso los he escrito), y en una de estas clases magistrales donde he oído a un ilustre promotor constructor, que existe un pacto entre la patronal y la administración para que no se produzca ninguna suspensión de pagos de empresas constructoras antes de las próximas elecciones, (porque os diré, por si no os habéis dado cuenta, que se van a celebrar elecciones el mes que viene) a cambio de modificar el articulo de la Ley del Suelo estatal de valoraciones, donde impone como valor de suelo (urbanizable, por ejemplo) el del suelo rustico, sin por lo tanto valorar ninguna de la expectativas que los mismos tienen por su situación y afección urbanística, con lo que el patrimonio de estas empresas ha bajado considerablemente a efecto de valoraciones, siendo este valor el que usa la banca para poder conceder prestamos, estando por lo tanto ahogados los grandes promotores que ven valorar su suelo por una décima parte de lo que realmente han pagado por ellos.

Espero que la clase de ayer no sea cierta, y que este articulo no se cambie en otoño como así me aseguraba ayer este buen hombre.

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