047 (22 de enero de 2008)
Todo en la vida tiene solución (como dice mi vecino Nicolás, electricista y fanático del Barca), incluso el problema actual (antes parece ser que no existía) de la proliferación de multitud de viviendas en el suelo no urbanizable (léase campo); hay una corriente muy fuerte y cada vez mas extendida de convertir en un problema irresoluble la existencia de este tipo de viviendas, vamos que esta naciendo el problema últimamente ya que las casas han existido de siempre.
Me refiero a las ultimas noticias aparecidas en la prensa acerca de 300 viviendas en Mijas (no parecen muchas en relación con las que hay) que ahora ven temer su continuidad como tales (viviendas) ya que se les amenaza con tirarlas; a estas, habría que sumar las otras 3.000 en el mismo termino que no han visto (mirarían para otro lado), y las miles que existen en Cartama, Alcaucin, Pizarra, Estepona, Antequera, … o cualquier otro pueblo (que no por no nombrarlo queda inocente de la acusación).
Es cierto que es un delito (ya que se construyeron al margen de la Ley), al menos las que se han construido en los últimos años, y que dicha Ley lleva en sus últimos términos al derribo una vez cumplimentado los tramites jurídicos que se indican, pero también es verdad que todo tiene una mesura y hay que verlo en función de lo que socialmente implica esta medida.
El problema es a todas luces muy grande y por lo tanto importante, al afectar a mucha gente (a priori “de bien”), también es cierto que el coste que estas viviendas suponen para la colectividad es a todas luces excesivo (en relación con los que estos vecinos aportan), no solo coste económico sino también energético, social, medioambiental, de suelo, agua, basuras, … etc., y un montón de costes mas que ya se han analizado en algún otro articulo de este mismo blog, y que de antemano digo que están cargados de razón.
Ya ha llegado el momento, al estar empezando a concienciarnos del problema que resulta de la practica (hasta hace poco normal), que suponía la construcción de viviendas en el campo, con lo que creo que a partir de ahora va a empezar a ser habitual que la administración local no posibilite este tipo de construcciones, extremo este que no era frecuente, con lo que el problema parece limitarse a las ya construidas.
Una vez acotado el problema y ante la realidad (incuestionable) que estas viviendas NO VAN A TIRARSE, (solo me refiero al suelo no urbanizable no especialmente protegido), se me ocurre que al menos paguen lo que simplemente consumen, es decir: lo que cuesta servir el agua, la recogida de basura, el servicio de policía, los autobuses escolares, el asfaltado de viales, …, y que ahora pagamos entre todos, y se cree un impuesto (para alegría de Solbes o de Pizarro, me da igual), que soporte estos costes, y se me ocurre llamarlo “Financiación de los Errores de la Ordenación TErritorial” es decir FEOTE, que será por periodos anuales (por ejemplo), y que tendrá una prima el día que se tire la vivienda.
A lo mejor con esto descubro una vía de financiación para que los Ayuntamientos no usen (ni abusen) el urbanismo como tal, si es así insisto en que quiero una mención (o el nombre de una calle) como precursor de la idea que a mi hija le haría mucha ilusión.
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